14.9.14

La desesperada solución de Draghi: tapar un grave problema de deuda a base de más deuda

"(...) Supermario tenía que actuar. Apenas unos días antes, las cifras de PIB habían puesto de manifiesto un frenazo en seco de toda la actividad en Europa. Igual que en Japón se ha recurrido a un bombardeo fiscal y monetario bautizado como Abenomics, Europa tendrá que emprender una aventura similar aunque a una menor escala y al tiempo que soporta las reticencias de Alemania. 
El objetivo: acabar de una vez por todas con el círculo vicioso de bajas perspectivas de inflación y crecimiento que a su vez hacen que se congelen las compras, el crédito y la inversión, lo que termina socavando la supervivencia de las empresas, obligándolas a someterse a nuevos ajustes de empleo en una especie de cuento de nunca acabar. 
Empujado por los preocupantes datos de crecimiento de Francia, Alemania e Italia, este jueves Supermario sorprendió otra vez al mercado anunciando una intervención más contundente de lo esperado. Así de mal está la cosa. Por un lado, rebajó los tipos de interés del 0,15 al 0,05 por ciento, unos niveles ya muy bajos y que de por sí probablemente no consigan que se brinde más crédito.

 En principio, esta medida presenta escaso recorrido salvo por una cuestión no baladí: que fomente que los inversores puedan financiar en euros sus adquisiciones de deuda en dólares. Es decir, que sirva para que tomen prestado muy barato en euros y lo utilicen para comprar bonos estadounidenses ahora que los tipos al otro lado del Atlántico pueden moverse al alza, lo que en el argot se conoce como carry trade

Dicho fenómeno puede provocar un repunte de la demanda de dólares y, por consiguiente, una caída de la cotización del euro, beneficiando a las exportaciones europeas.

Por otro lado y a falta de la letra pequeña, el presidente de la autoridad monetaria avanzó la compra de títulos respaldados por activos o Asset Backed Securities por sus vocablos en inglés. Estos ABS son paquetes de créditos que se trocean y venden mediante unos papelitos que proporcionan un tipo de interés igual que un bono, precisamente el tipo de ingeniería financiera que ayudaba a los bancos a quitarse los riesgos del balance y que estuvo en el origen de la crisis. 

La idea del BCE consiste en adquirir aquellos que se empleen para financiar a pymes, de modo que así se anime a los bancos a prestar a las empresas de menor tamaño. Sin embargo, el problema de estas emisiones radica en que en Europa hay muy pocas, están bastante estigmatizadas por los inversores, la regulación bancaria internacional las penaliza mucho y son harto difíciles de valorar. (...)

De ahí que el BCE haya extendido también las compras de activos a las cédulas hipotecarias, un producto financiero más extendido aunque su uso se concentre sobre todo en España y Alemania. 

La adquisición de estos títulos respaldados por hipotecas sí puede tener más impacto a la hora de atizar el mercado inmobiliario y despertar la inflación del mismo modo que se ha hecho en Reino Unido. Draghi ha llegado incluso a comentar que podría comprar paquetes de hipotecas de mayor riesgo siempre que tengan una garantía de los Estados.  (...)

Tampoco parece que vayan a obrar el milagro las inyecciones de liquidez a la banca condicionadas a que se presten, las llamadas LTRO. Y es que el problema de fondo de todas estas iniciativas del BCE se resume en que intentan tapar un problema de exceso de endeudamiento con más deuda

 Por más que se inunde el mercado de liquidez y se ofrezca la posibilidad de contraer más crédito, no hay demanda suficiente, pues los agentes todavía se encuentran inmersos en un largo y duro proceso de desapalancamiento.

Es más, tras seis años de crisis las empresas solventes ya tienen arreglada su financiación. Por lo que ahora se trata de financiar a las nuevas o a las menos solventes. Y sin embargo la banca no tiene ahora ningún apetito por el riesgo en un contexto de paupérrimos crecimientos y por lo tanto escasa solvencia de los prestatarios: las entidades aún están recomponiendo y saneando sus balances, están sometidas a unos test de estrés, ya prestan muchos recursos al sector público y encima la regulación les penaliza los créditos a pymes

 Este verano, muchos bancos no han querido prestar a otros ni siquiera cuando se les castigaba con un tipo de depósito negativo por mantener sus fondos en el BCE.    

En definitiva, incluso con unas cantidades exorbitantes sobre la mesa, Draghi está a punto de comprobar los límites de la política monetaria. Quizá logre revivir algo el crédito. Es posible que incluso infle los precios de algunos activos financieros. Pero cuesta ver que vaya a hacer repuntar la inflación y el crecimiento simplemente a fuerza de más deuda.

Al final, Draghi tendrá que recurrir a una expansión cuantitativa total o full QE, consistente en la compra directa de bonos soberanos para financiar nuevos déficits públicos.  (...) "               (Antonio Maqueda, Vox Populi, 05/09/2014)

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