9.10.14

“Me han echado a la calle sin respetar los plazos y sin mediar palabra, con tres hijos a cargo... además, el director de Cajamar se ha puesto en contacto con inmobiliarias de Sueca para que no le alquilen un piso

"Una hora después de que empezara la concentración en la puerta de Cajamar en la calle Marqués de Sotelo, un portavoz de la PAH-Valencia compartía la buena noticia. Tras las conversaciones con el “mediador” de la entidad financiera, ésta se había visto obligada a negociar.

 “Se han comprometido a retirar las denuncias presentadas contra los activistas, nos han preguntado qué día empezamos a dialogar y sobre qué casos concretos”, afirmó el portavoz, en medio de la ovación de los 200 activistas de la PAH concentrados. La fecha señalada es el 16 de octubre. “Si no cumplen con los compromisos, volveremos a movilizarnos”. (...)

¿Qué ha ocurrido en los últimos meses? ¿A qué obedece el “giro” en la posición de Cajamar? La caja rural y cooperativa de crédito, resultado de la fusión de 12 cajas rurales y que en el primer semestre de 2014 obtuvo un beneficio neto de 123,8 millones de euros, vendió su “plataforma de gestión de activos inmobiliarios”, es decir, el mecanismo creado para gestionar los “activos tóxicos” a un fondo de inversión. 

Lo mismo ha hecho Caixabank, el Banco de Santander, el Banco Popular o Catalunya Banc. Los “fondos buitre” están siempre al acecho y el pasado mes de junio Cajamar vendió su cartera de “activos tóxicos” (7.200 millones de euros) al fondo Haya Real Estate por 225 millones de euros. (...)
 En un comunicado de prensa, la PAH señala las consecuencias prácticas de la “ausencia de negociación actual” por parte de Cajamar. Muchas familias, en ocasiones con hijos a cargo, se ven condenadas a la exclusión social; otras veces, la entidad financiera “rompe los acuerdos no escritos o pretende incluso quedarse con la vivienda de los avalistas, aunque se hallen en riesgo de exclusión social o padezcan una grave enfermedad”. (...)

Una de las damnificadas por las denuncias de Cajamar es María José García, portavoz de la PAH en Sueca, quien participó en una acampada de protesta en la puerta del banco durante un mes y medio, con otras ocho personas. De ese modo se solidarizó con una compañera a la que tras la subasta de la vivienda, le quedó una deuda pendiente de 73.000 euros.

 “Cajamar es una auténtica mafia”, afirma. Como represalia a su acción de protesta, Cajamar ha pedido al juez el desahucio inmediato del piso que habitaba en régimen de alquiler, y por el que pagaba 450 euros mensuales. “Me han echado a la calle sin respetar los plazos y sin mediar palabra, con tres hijos a cargo; mi marido ha emigrado a Suiza para buscar trabajo”. Asegura, además, que el director de Cajamar se ha puesto en contacto con inmobiliarias de Sueca para que no le alquilen un piso.

Como portavoz de la PAH en el municipio ribereño, María José García ha conocido casos desgarradores. Por ejemplo, el de una mujer a quien el marido ha intentado quemar dos veces, y que sólo con un subsidio lucha por mantener a sus dos hijos y a su suegra, que padece Alzheimer. Cajamar se niega a concederle la dación en pago. Se ha iniciado ya el proceso de ejecución hipotecaria y pronto se subastará la vivienda, por la que la propietaria adeuda 135.000 euros.

“También nos encontramos con muchos casos de personas mayores que avalan a sus hijos, y contra aquéllos es contra quienes primero actúa Cajamar; o conceden alquileres a precios muy elevados (no a precios sociales), lo que hace que los afectados renuncien”, agrega la portavoz del grupo antidesahucios.

 “Basta ya, ni un desahucio más”, se grita alrededor, mientras una manifestante muestra ante la puerta del banco un cartel con la leyenda “No volveré a decir mentiras” y la firma de Jorge Tortosa, el “interlocutor” del banco ante los afectados. “Es quien negocia con nosotros; promete cosas y luego no cumple”, aclara una de las activistas.

Emma Marín, activista de la PAH, reside en Alfafar y también ha conocido la manera de actuar del banco presidido por Juan de la Cruz Cárdenas Rodríguez. Firmó un contrato hipotecario por una vivienda y otro por un local comercial, pero se encuentra en desempleo y con 36.000 euros pendientes de pago por el piso.

 Pidió a Cajamar abonar esta cantidad cuando estabilizara su situación y acogerse a la dación en pago para el local comercial, en el que intentaría quedarse –así se lo propuso a la entidad financiera- en régimen de alquiler social. Cajamar se negó.

En Sagunto y la comarca del Camp de Morvedre se acumulan las promesas incumplidas por esta entidad. Da cuenta de los ejemplos Amaya Aracama, portavoz comarcal de la PAH: “a una mujer con dos hijos Cajamar le prometió la condonación de la deuda tras la subasta y un alquiler social, pero han faltado a lo prometido”. 

Otro caso es el de una mujer a quien se le dijo que podría acogerse a la dación en pago, pero finalmente no fue así. Sin embargo, eso no ha sido lo peor: “lo más hiriente son los insultos, y el desprecio hacia los afectados y quienes les apoyan”. Les llaman “locos”, asegura la portavoz.

Afirma que un director de Cajamar en el Camp de Morvedre llegó a decirle a un menor por teléfono que su madre tendría que abandonar la casa. “Tenemos grabadas amenazas a miembros de la PAH por parte de directores de sucursales bancarias”. 

La retahíla de calificativos se compone, entre otras, de las siguientes perlas: “panda de adinerados aburridos y que engañan a la gente” o “perroflautas que no conocen la ley y sin dinero para comprarse ropa en las tiendas”. “Son palabras que a los directores de los bancos les nacen de dentro”, remata la activista."             (Enric Llopis, Rebelión, 08/10/2014)

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