28.1.15

Un “Plan Marshall - Merkel” para Europa

"Desde que estalló la crisis económica de Europa hace más de cuatro años, los políticos y los analistas han reclamado una gran solución, invocando muchas veces el ejemplo del Plan Marshall de postguerra de Estados Unidos que, desde su inicio en 1948, ayudó a reconstruir las economías destruidas y oprimidas por la deuda de Europa Occidental. Pero el momento político nunca llegó a madurar. Eso podría estar a punto de cambiar.

La situación de Europa hoy tiene algunas similitudes con los años 1940. Agobiados por deudas públicas que son consecuencia de errores pasados, los gobiernos de la eurozona saben lo que tienen que hacer pero no cómo hacerlo. No confían demasiado unos en los otros como para colaborar.

 Mientras tanto, la demanda en la mayor parte de la Unión Europea es débil, lo que le cierra las puertas al crecimiento económico necesario para pagar las deudas y ofrecer esperanza a los 25 millones de desocupados.

Una sospecha corta de miras ha sido el principal obstáculo para una gran solución. Los contribuyentes de ningún país han querido sentir que están pagando por los excesos de otros: la moneda única no impuso una responsabilidad compartida. 

De manera que los países acreedores, liderados por Alemania, han intentado hacer lo mínimo necesario para mantener al euro vivo, mientras que los deudores han refunfuñado con impotencia sobre la insistencia de Alemania en una austeridad fiscal. (...)

Lo que hoy está refrenando a estas y otras economías europeas es la demanda débil en la eurozona en general.

Esa es la razón por la cual hace falta una versión moderna del Plan Marshall. Desde un punto de vista político, sería inteligente si la canciller alemana Angela Merkel tomara la iniciativa y propusiera una gran solución, en lugar de verse obligada a aceptar concesiones fragmentadas y reacias por parte de gobiernos nuevos en Grecia, España u otras partes.

Sería aún más inteligente compartir esa iniciativa con los líderes de las otras grandes economías de Europa: el presidente francés, François Hollande, quien luego de los atentados terroristas a comienzos de este mes, quizá sea especialmente receptivo de los esfuerzos por promover la unidad y le crecimiento económico, y el primer ministro británico, David Cameron, que acogería con agrado toda señal de una reforma europea.

Un Plan Marshall moderno debería tener tres componentes principales. Primero, la deuda soberana en la eurozona se reestructuraría para aliviar el dolor sufrido por Grecia y España. Segundo, un programa de inversión pública financiado colectivamente se centraría en la energía y otra infraestructura. Tercero, se establecería un cronograma para la conclusión de las reformas de liberalización del mercado único -particularmente para las industrias de servicios y la economía digital. 

En Alemania, la reestructuración de la deuda sería el componente más polémico. Pero se les debería recordar a los alemanes que, junto con los fondos del Plan Marshall para Europa occidental, el otro gran impulso para la recuperación económica de posguerra de Alemania provino de la reestructuración de la deuda. El Acuerdo de Londres de 1953 canceló el 50% de la deuda pública de Alemania y reestructuró la otra mitad para darle al país mucho más tiempo para pagar.

Si bien una cancelación de las deudas de la eurozona sería políticamente difícil, se podría refinanciar un porcentaje importante con eurobonos de vencimiento a más largo plazo, algo que todos los países de la eurozona suscribirían. Lo crucial es que un remedio de estas características se extienda a todos los miembros de la eurozona y no a un solo país elegido (Grecia).

Al incluir los otros componentes de la inversión pública y de la conclusión de un mercado único, el Plan Merkel (o, mejor dicho, el Plan Merkel-Hollande-Cameron) podría reiniciar el crecimiento económico abriendo a la vez a los países a un mayor comercio y una mayor competencia. Esto aborda una de las principales quejas británicas sobre la UE: que hasta el momento no logró concluir el mercado único, un proyecto en parte iniciado por Margaret Thatcher en los años 1980.

Por supuesto, un Plan Marshall moderno enfrentaría un muro de escepticismo y obstrucción por parte de grupos de interés nacionales. Pero, al mantenerse unidas, las autoridades europeas podrían ganar esa batalla. Y si no se lo intenta, los europeos del mañana tal vez nunca perdonen a sus líderes de hoy."            (Project Syndicate | Bill Emmott, en Tribuna Libre, 21/01/2015)

No hay comentarios: