"Durante el tercer trimestre del año, los desahucios aumentaron un 13,5%
respecto al mismo período del año anterior, según la media extraída de
los diferentes datos oficiales.
Un drama social que está modificando el
paisaje urbano de las grandes ciudades, como es el caso de Madrid, donde
se han disparado las okupaciones y la reconversión de naves
industriales, edificios de oficinas en desuso o bajos comerciales en
infraviviendas.
“La gran mayoría de comercios de toda la vida que había
en el corazón del barrio, sin baño y sin ventilación, han ido cerrando y
ahora se destinan al alquiler como vivienda”, explica Manuel Osuna, presidente de La Corrala, una asociación de vecinos del castizo barrio madrileño de Lavapiés. (Vea el álbum 'Infravivienda y ocupación').
Manuel Osuna es el cartero del barrio y conoce de cerca las
condiciones habitacionales de los vecinos instalados en este céntrico
pero humilde barrio de la capital. En Lavapiés, con sus características
corralas, muchas de ellas de entre 15 y 30 metros cuadrados y con baños
compartidos en el exterior, se concentra la mayor bolsa de infravivienda
de la capital, después de la zona del Gallinero, en el poblado de la
Cañada Real.
A esta situación se le ha sumado, en los últimos años, el fenómeno de los bajos comerciales reconvertidos en vivienda,
sobre todo en calles como Zurita o Salitre, adonde van a parar familias
sin recursos y víctimas de los desahucios, pero también jóvenes con
trabajos precarios. (...)
Familias desahuciadas, varias de ellas con niños pequeños, son
también las que viven en naves semiabandonadas en el polígono de Villaverde,
uno de los barrios en el que casi a diario algún vecino pierde su casa.
Esta salida tristemente se está visibilizando a raíz de los numerosos
incendios causados por estufas o el mal estado de las instalaciones
eléctricas en estas infraviviendas. (...)
Las naves industriales abandonadas en el barrio de Legazpi, cercanas a la estación de Delicias y que hasta 2007 se utilizaban como cocheras para autobuses, también fueron okupadas hasta
su demolición el pasado mes de agosto por parte del ayuntamiento. En el
lugar, ahora reducido a escombros, se construirán un centenar de
viviendas de lujo. (...)
Desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) se está promoviendo también la ocupación de bloques, propiedad de entidades bancarias,
para familias en emergencia habitacional.
Su primer objetivo es dar
cobijo a las familias que se han quedado en la calle, para luego pasar a
una segunda fase de negociación con el banco para arrancarle un
alquiler social en las viviendas que posea vacías a cambio de abandonar
el inmueble, según explica Lucía, portavoz de la Asamblea de Vivienda Centro. (Vea el álbum 'Infravivienda y ocupación'). (...)
‘La Manuela’ es uno de sus últimos logros, un edificio propiedad de
CaixaBank en el barrio de Malasaña, en el que se realojó a una veintena
de familias sin alternativa habitacional en el mes de enero. Tras nueve
meses de negociaciones y amenazas de desalojo, consiguieron firmar un
acuerdo con La Caixa, que se comprometió a realojar a sus ocupantes en régimen de alquiler social.
Unas
acciones que han denominado Obra Social de la PAH, y de acuerdo con las
cuales se ha conseguido una solución habitacional para más de 1.200
víctimas de desahucios en todo el país. (...)
Milagros, por ejemplo, sólo pudo permitirse con su
sueldo de limpiadora a horas una infravivienda en Carabanchel, después
de sufrir un desahucio de su casa en Legazpi, pero respira aliviada
porque, dice, “por lo menos así los servicios sociales no me han quitado
a mi hijo pequeño”. (...)
La infravivienda tiene demanda, tanto que hasta en conocidas web de anuncios de alquiler se ofertan “viviendas” de 15, 16 o 18 metros cuadrados por precios que rondan los 300 euros.
Todo ello, a pesar de que la legislación establece en 20 metros
cuadrados de suelo útil el mínimo para otorgar las células de
habitabilidad.
Sin embargo, los jóvenes con trabajos precarios ven en
este tipo de viviendas su única opción para emanciparse.“Hoy en
día, una pareja joven te dice que con un piso de 30 metros cuadrados,
barato, se apañan perfectamente”, señala el cartero de Lavapiés. El
paisaje urbano está volviendo a reproducir estampas de un pasado en
blanco y negro.(...)" (Iván Gil
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