"El patrimonio de los fondos de pensiones privadas
pulverizó el año pasado todos sus récords en España y la gran mayoría de
medios han presentado el dato como un ejemplo de su buena salud. Y sin
embargo, el récord tiene que ver en realidad con un giro más bien
preocupante: la salida de los fondos privados de pensiones, que
atraviesan por una crisis en todo el mundo, pasa por el casino de la
Bolsa.
Se habla mucho de la crisis del modelo público
de pensiones, un debate muy a menudo azuzado por los mismos actores que
hacen negocio colocando pensiones privadas. Y en cambio se habla muy
poco de los problemas de las pensiones privadas, que justo ahora
afrontan una situación especialmente delicada porque el hundimiento de
la rentabilidad de la renta fija –con la proliferación en Europa incluso
de los tipos negativos- ha añadido nubarrones a una industria que
necesita urgentemente nuevas aportaciones y clientes para poder pagar
las percepciones a las que se ha comprometido.
El Financial Times, periódico de
referencia de los mercados en Europa, lleva meses dedicando artículos al
impacto negativo que en las pensiones privadas tiene la nueva fase
económica marcada por la caída de la rentabilidad de los bonos, lo que
está provocando reajustes que casi siempre pasan por lo mismo: necesidad
de nuevas inyecciones de aportaciones y aumento del porcentaje que los
gestores destinan a la Bolsa, en detrimento de los productos más
seguros.
Pero ya se sabe lo que es la Bolsa: sube y
baja, a veces se gana y a veces se pierde. Y en este caso, cuando se
pierde se esfuma la pensión pese a haberla estado alimentando con
aportaciones durante toda una vida.
La delicada
situación también se refleja en los fondos privados de pensiones en
España más allá de la propaganda: en 2014, el patrimonio de los fondos
de pensiones individuales alcanzó los 64.144 millones de euros, con un
aumento del 10,51% con respecto a 2013, lo que dio pie a la patronal
Inverco a sacar pecho con el fin de incentivar así nuevos planes.
Pero
lo que no suele decirse es que el número de partícipes –planes
individuales contratados- incluso retrocedió en 3.346 durante el
ejercicio. Y si se compara con el pico de 2008, el retroceso de
partícipes del sistema es muy importante, según datos de la propia
patronal: a 31 de diciembre de 2014 había 822.977 planes individuales
menos contratados, lo que implica una caída de casi el 10%.
El aumento del patrimonio se debe, pues, muy fundamentalmente a la
Bolsa: si la Bolsa sube, como ha sucedido en el último año, viento en
popa a toda vela. Pero el reverso es muy conocido: si la Bolsa baja, el
peligro es que se volatilice la pensión.
Pese a la euforia puertas afuera del sector –que exhibe las altas rentabilidades en pleno rally
bursátil-, la consultora Create Research concluyó el año pasado, tras
analizar 190 planes europeos que suman 1,9 billones de euros de
patrimonio, que la gran mayoría de planes privados en Europa se han
fijado “objetivos irreales” de rentabilidad. La media de rentabilidad
declarada es del 5% anual:
“Es difícil conseguir una rentabilidad del 5%
sin una estrategia agresiva de riesgo”, recalcaba en el Financial Times
uno de los agentes entrevistados por Create Research. El estudio
calculaba que el 73% de los planes europeos estaban mal financiados para
cumplir con los compromisos contraídos con los clientes y estimaba que
hasta el 25% tienen cash flow negativo: es decir,
el dinero que sale de la caja para pagar las pensiones es superior a las
entradas de nuevas aportaciones y de la rentabilidad del patrimonio.
Como en España el modelo privado es reciente en comparación con la
mayoría de países europeos –aquí arrancó a finales de la década de
1980-, todavía hay muy poca gente que cobra su pensión privada. Pero a
medida que se vayan jubilando las personas que han estado haciendo
aportaciones, este mismo problema también irá aflorando aquí.
La situación en España es especialmente mala para las pensiones
privadas, como certifican cada año las investigaciones independientes:
son muy poco populares –sus promotores culpan de ello en parte a lo
buenas que son las pensiones públicas y por ello hacen lobby
para reducirlas-, tienen comisiones muy altas y rentabilidades
discretas: según la OCDE, España es el tercer país del club (34 países)
con peor rentabilidad de los planes privados de pensiones y el segundo
en comisiones, sólo superado por Estonia.
El profesor
de la Escuela de Negocios IESE Pablo Fernández, totalmente adscrito a
la ortodoxia liberal, publica cada año un estudio sobre la rentabilidad
de los planes de pensiones en España y acaba de difundir la última
entrega, que analiza el periodo 1999-2014. Los resultados son, de nuevo,
pésimos, en buena medida por las elevadas comisiones.
El estudio
analiza los 313 fondos de pensiones privados con 15 años de historia y
cuantifica su rentabilidad real media en el 1,2%. Sólo dos de ellos
superaron la rentabilidad media de los bonos del Estado (5,83%) y
únicamente 21 superaron la del Ibex 35 (3,28%). Un total de 58 fondos
tuvieron incluso rentabilidad negativa; es decir, el patrimonio tras 15
años es incluso inferior a la suma de aportaciones recibidas." (Pere Rusiñol
, eldiario.es, 13/04/2015)
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