"Lo de Grecia
ya pasó. Y pasó como pasan las tormentas tropicales. Todo el mundo
avisado de que hay que cerrar las ventanas, no salir a la calle y
esperar a que amaine. Cuando sales el destrozo es mayúsculo.
De eso iba
todo esto. De ver como Europa, como nos la han explicado no existe. Y no
existe porque quienes están ‘dibujándola’ no saben dibujar. De hecho están en clase de artes plásticas con una calculadora. Así no sale. (...)
Europa se configuró en una época que no existía Internet, teléfonos
móviles ni redes sociales. Europa es una entelequia que se pensó para
enfrentarse a un mundo emergente que poco a poco va emergiendo.
No se
trata de rescatar bancos, que también, ni de reestructurar deudas, que
podría ser, sino de cómo un continente viejo y lento, sobre
dimensionado, repleto de normas y estructuras, se adapta a un nuevo mundo.
Miremos con objetividad ¿Quiénes son? ¿A que se dedican? ¿Cómo
estructuran la sociedad del futuro? Apenas saben nada ni se dejan
asesorar. Todo parece en manos de bancos salvando cuentas de resultados
con ecuaciones que no se aguantan por ningún sitio, deudas soberanas que aparecieron de la noche a la mañana y de un enorme y gigantesco sofá social que nos acomoda a todos.
Europa debería ser otra cosa. La cuna de un nuevo modelo económico
que diera espacio a un futuro que se acerca a toda velocidad.
Metafóricamente la imagen es descriptiva. Europa corre al trote por una
vía paralela por la que se acerca un tren de alta velocidad.
En menos de
un minuto el tren pasará de largo y nosotros seguiremos corriendo al
trote pensando que el vientecillo tibio que ha quedado tras el
adelantamiento no es más que una brisa veraniega. Nada grave. Sigamos trotando.
Pero no era una ráfaga, era el futuro. Mientras pensamos en como dar
de comer a millones de personas que se van quedando sin trabajo,
mientras los gobiernos piensan desordenadamente como enfrentarse a las
encuestas, el empleo desaparece en términos generales. Podemos darle
valor y relevancia a las cifras puntuales que nos dicen que se crea
empleo y que parece sostenido, pero es engañarse. No llegaremos al pleno empleo nunca más. Y es normal pues no hacemos falta en la mayoría de esos puestos de trabajo. (...)
Estuve el jueves en Londres. En un foro muy interesante sobre la
permanencia de Reino Unido en Europa que tenía como punto de inicio el informe conjunto de Deloitte y la Universidad de Oxford
publicado a finales de 2014 y que aportaba alguna revisión
significativa. El tema central derivó hacía que más de diez millones de
empleos británicos serán asumidos por la tecnología desplazando
irremediablemente a las personas que ahora los ocupan. Es decir, uno de
cada tres en apenas veinte años.
Allí no se hablaba de Grecia, ni de Alemania. No se mencionó Europa,
sólo se habló del futuro de occidente y del papel que la clase política,
empresarial y bancaria juega en este reto de cambio y de cómo, para
evitar un conflicto social inmenso, se debe trabajar a medio plazo. Se
dijo que si el plazo es relativamente cómodo, empezar a construir
amortiguadores es urgente. (...)
Dan miedo. Terror. Los escuchas y siguen con lo de siempre.
Recuperación, cambio, críticas al de enfrente, siempre igual. Ninguno de
ellos, nadie, habla de que los empleos que se están planteando ‘crear’
en sus programas serán empleos muy mal pagados, en posiciones
repetitivas y propensos a desaparecer. Las personas que ganen menos de
30.000 Euros al año tienen cinco veces más posibilidades de perder su
empleo que los que ganen más de 100.000. Eso es de lo que deben
preocuparse ‘sus señorías’ de las narices.
Los avances tecnológicos van a provocar un cambio importante en el
mercado de trabajo en las próximas décadas. A menos que se hayan
comprendido y anticipen estos cambios, habrá un riesgo de desempleo
general y subempleo crónico que acrecentará las diferencias sociales de
manera drástica. De eso no iba la modernidad, de eso no va ‘el futuro
tecnológico’. (...)
Los autores del informe que os comentaba hablaba de sectores que
consideran de mayor riesgo. Los que trabajan en la administración, las
ventas, el transporte, la construcción, la minería en una década verán
como un montón de autómatas se los llevarán por delante.
Fijaos. En Londres, nos informaron, algunos empleos han empezado a desaparecer de manera masiva y silenciosa. Desde el año 2001 el 65% de los bibliotecarios han desaparecido y la mitad de secretarias o asistentes de administración también.
En los supermercados apenas trabajan ya el 30% de los que lo hacían
hace una década.
No es un tema de robots, ni de androides, eso ya vendrá
más tarde, hablamos de ‘bits’ haciendo tareas hasta ahora humanas. Es
menos evidente, menos ‘glamouroso’, pero tremendamente eficiente.
Ya lo hemos dicho, el 47% de empleos actuales ya son susceptibles de ser sustituidos.
Es un tema de presupuesto y amortización. A medida que las empresas
puedan ‘comprar’ ese mecanismo que le evita tener un número de empleados
para obtener más beneficios, lo hará. (...)
Lo de Grecia es Disney comparado con lo que se le viene encima a una
Europa embarrada, lenta y lejos de la realidad. Las declaraciones de
quienes nos ‘gobiernan’ sobre como afrontar el futuro son de aurora
boreal. No se enteran o no quieren enterarse. Mucha gente va a sufrir,
ya lo están haciendo y la explicación de que estamos saliendo de una
crisis no se aguanta.
No se trata de las cosas de antes, no se trata de
un modelo económico tradicional. Hablamos de la Cuarta Revolución y muchos, los que deberían trabajar en ello, lo ignoran.
Entre hoy, mañana y pasado, escucharemos mil troikas y mil
discursos. Todos acojonados con lo que vendrá tras el ‘no’ de Grecia.
Pero seguirán ocupados en su partida de damas particular. No abordarán la verdadera reestructuración que nos importa.
La de cómo modelamos un nuevo modelo económico y social que está
sembrando ya la semillas que se traducirá en trastornos sociales a gran
escala. ¿Piensan proporcionar alguna solución antes de que el problema
se nos derrame por todas partes?" (Marc Vidal, 06/07/2015)
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