"Un congreso sobre toda la deuda europea, como sucedió después de la
Segunda Guerra Mundial, porque la reestructuración de la mayor parte de
la deuda, no solo de Grecia sino de varios países europeos, es
inevitable. Esta es la principal propuesta que hace el economista
francés Thomas Piketty en una entrevista dedicada a analizar “la
ideología alemana” del primer tercio del siglo XXI.
Las declaraciones tienen valor porque se han hecho en la prensa
germana y porque Piketty ha puesto negro sobre blanco lo que muchos
piensan pero nadie se atreve a decir en voz alta: la imposibilidad de
pagar los gigantescos volúmenes de deuda, pública y privada, interna y
externa, acumulada en muchos países como factor determinante del modelo
de crecimiento desde mucho antes de la crisis.
Los datos los acaba de publicar Analistas Financieros Internacionales
(AFI) en un informe para la Fundación de las Cajas de Ahorro
(“Endeudamiento de España: ¿quién debe a quién”?). Desde 2007 a 2014 la
deuda mundial ha continuado creciendo, tanto en las economías emergentes
como en las desarrolladas. En estas últimas, la deuda agregada ha
pasado de representar el 230% del PIB al inicio de la crisis al 272% a
finales del año pasado, 42 puntos más.
En España, por poner el ejemplo más cercano, esa evolución ha sido
aún peor: del 253% al inicio, al 320% del PIB en 2014, ¡67 puntos de PIB
más de deuda!
Curiosos casos de “austeridad expansiva” con
estancamiento (o recesión), enormes recortes presupuestarios, reducción
de los déficit... y aumento desaforado de la deuda, que habrán de pagar
nuestros descendientes si no se produce esa reestructuración por la que
clama Piketty (“Los griegos, sin duda, ha cometido muchos errores; hasta
2009 el Gobierno de Atenas falsificaba sus cuentas, pero a pesar de
ello la nueva generación de griegos no tiene mayor responsabilidad por
los errores de los más viejos que la nueva generación alemana en los
cincuenta y en los sesenta (...) Europa se fundó sobre el perdón de las
deudas no sobre la idea de la penitencia eterna”). (...)" (
Joaquín Estefanía , El País,
26 JUL 2015)
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