1.9.15

Sabíamos que el gobierno griego tenía unas cartas muy débiles... no podíamos amenazar con nada, habría sido totalmente contraproducente

"(...) E chando la vista atrás, a su experiencia como asesor de Yanis Varufakis cuando éste era ministro de Finanzas de Grecia, ¿cree que calcularon mal sus posibilidades en las negociaciones?

No. Lo primero que Yanis me dijo cuando aterricé en Atenas el 8 de febrero fue "bienvenido al cáliz envenenado". Desde el principio no nos hacíamos ilusiones de ningún tipo. La gente ha estado diciendo lo contrario, pero ellos no estaban allí.

 Sabíamos que el gobierno griego tenía unas cartas muy débiles y que lo único que podía hacer era presentar su caso ante las instituciones europeas y ver si había disposición para sostener un debate racional. No podíamos amenazar con nada, cosa que habría sido totalmente contraproducente. 

Hubo estrategias que fueron empleadas, como intentar la confrontación y ofrecer concesiones, pero daba igual. Lo que teníamos que hacer era intentar que el debate racional prevaleciera en esos círculos, lo que requiere presentar argumentos de manera persistente, algo que Yanis hizo con gran habilidad.

Así que no creo que él estuviera en un estado ilusorio y yo no creo que haya calculado mal, pero creo que demostrar lo que la troika y lo que los acreedores realmente querían era algo que había que hacer y que demandó tiempo y buena fe. Desafortunadamente no hubo buena fe de la otra parte.

¿Y sabiendo lo que sabe ahora?

Si el mundo hubiese sabido en febrero lo que nosotros sabíamos, entonces las cosas podrían haber sido distintas, pero al mundo había que persuadirlo. Si Grecia hubiese tomado el camino de la salida el 28 de enero, el mundo habría condenado la temeridad del gobierno griego y le hubiese acusado de no intentar negociar. 

Sabíamos que eso no era una opción, ni tampoco era una política del gobierno griego. Incluso si hubiese sido una opción del gobierno, no habría sido viable en un contexto político más amplio.

Entonces el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, presentó su idea "Grexit temporal", que prácticamente puso fin a todas las discusiones, ¿no?

Eso es correcto. Lo de "temporal" era sólo humo. El ministro de Finanzas Schäuble básicamente dijo que Grecia tenía que asumir el Memorando tal cual le fue presentado o salirse del euro. Schäuble fue muy claro desde el principio. Desde el principio dijo que "las elecciones no pueden cambiar nada".

La estrategia griega fue elevar el terreno de decisión a la canciller Merkel, con la esperanza de que ella actuara con mayor sentido de Estado, que EE.UU. jugara un papel importante, y que Merkel finalmente le dijera al ministro Schäuble, "tienes que aflojar un poco". Al final, optó por presionar al gobierno heleno para que aceptara el Memorando.

¿Le sorprende que EE.UU. no prestara más apoyo a Grecia? Parece que, cuando Timothy Geithner estaba al frente como secretario del Tesoro, la posición estadounidense era más fuerte.

Los secretarios del Tesoro estadounidense llevan tiempo sin tener mucho peso en Europa y este fue el caso de Tim Geithner, que indudablemente se situó en el lado correcto en esta cuestión. Y lo mismo se podría decir de Jack Lew. El presidente, por otra parte, hizo varias llamadas telefónicas a la canciller Merkel instando a una solución pragmática. 

No estoy seguro de que no resultara útil, probablemente lo fue hasta cierto punto, pero al final del día el papel que EE.UU. podía jugar en una cuestión interna de la zona euro era limitado. Creo que todo el mundo reconoce lo anterior. Si se hubiese producido un enfrentamiento más serio, creo que el papel de Estados Unidos hubiese sido más relevante, pero simplemente no llegó a eso en el caso griego.  (...)

Y, sin embargo, ahí estaban Francia, Italia y otros países que podrían haber equilibrado la mesa. ¿Realmente es una cuestión de un dominio alemán tan fuerte?

Es justo decir que los franceses y los italianos eran más comprensivos con la posición griega sin llegar ser grandes defensores de la misma. Todos los demás, por supuesto, fueron hostiles. Pero está tocando un punto importante, que es que Italia y Francia son los países que son grandes y lo suficientemente poderosos como para hacer una diferencia si realmente quieren hacer valer sus intereses; su problema ha sido la falta de voluntad para hacerlo. 

Las políticas en ambos países deben quedar muy aclaradas por lo que acaba de suceder en Grecia y la gente debe reconocer que si desea conservar algún elemento de autonomía nacional tiene que estar preparada para luchar. (...)"                       (Entrevista a James K. Galbraith,   , eldiario.es, 31/08/2015)

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