4.10.15

Respuesta de Varoufakis a la propuesta de salida del euro de Mosler y Pilkington

"Continuamos la sección “Salida del euro” (en la que se pretenden recoger los análisis más interesantes sobre cómo articular una salida de la moneda única) exponiendo la respuesta que el ministro de Hacienda griego, Yanis Varoufakis, le dio a la ya tratada propuesta de Mosler y Pilkington.


La reacción de Varoufakis al citado texto es simple: “se trata de un plan modelo para salir del euro, pero sólo para aquellos que creen que la Eurozona ha llegado al punto de no retorno”. 

En opinión del ex ministro, el sistema del euro todavía puede salvarse, y esto es preferible a romper unilateralmente con la zona euro debido al enorme coste humano que conllevaría. Hasta que no se llegue a ese punto de no retorno, hay que luchar por cambiar el euro y no precipitarse a romperlo.

Los argumentos que esgrime para justificar el elevado coste de abandonar el euro mediante la propuesta de Mosler y Pilkington son los siguientes:

1) Todos los contratos firmados por el gobierno (frente al sector privado doméstico y extranjero) serían renegociados en la nueva moneda. Puesto que esa nueva moneda habría perdido valor frente al euro, la nueva situación supondría una reducción importante de ingresos para esas empresas nacionales, obligando a muchas de ellas a declararse en bancarrota y a despedir a importantes sumas de trabajadores.

2) El Banco Central Europeo dejaría de dar asistencia financiera a los bancos nacionales (como hizo con Grecia), obligándolos a cerrar a no ser que el gobierno los recapitalizara utilizando la nueva moneda. 

Pero esto significaría que los depósitos de las cuentas bancarias tendrían que ser convertidos, de facto, desde euros a la nueva moneda, anulando por lo tanto la ventaja que señalaban Mosler y Pilkington de poder conservar los euros en los depósitos bancarios.

3) Varoufakis cree que es posible que con la independencia monetaria que obtendría el gobierno (por tener su propia moneda) pudiese acabar con las políticas de austeridad e implementar medidas de estímulo fiscal, pero no lo tiene claro y muestra sus recelos frente al caso argentino que mencionan levemente Mosler y Pilkington: aunque a la economía argentina le fue bastante bien cuando recobró su independencia monetaria a principios de siglo, ello se debió más al favorable contexto internacional (elevada demanda de sus productos primarios provocada por el colosal ascenso de China) que al abandono del vínculo con el dólar.

4) Si bien es cierto que la nueva moneda devaluada impulsaría las exportaciones, tendría también un efecto devastador: la creación de una nación de dos niveles. Una parte tendría acceso a euros atesorados y la otra no lo tendría. La primera adquiriría un inmenso poder socioeconómico sobre la segunda, forjando así una nueva forma de desigualdad que impediría un adecuado desarrollo del país.

5) Por último, y lo más importante: si un país se sale de esta manera la Eurozona se desenrollaría en menos de 24 horas. En palabras del ex ministro: “el Sistema Europeo de Bancos Centrales se vendría abajo instantáneamente, la prima de riesgo italiana rompería el récord alcanzado por la griega, Francia inmediatamente caería a una categoría de AA o AB y, antes de que pudiésemos silbar la 9 Sinfonía Alemania habría declarado la reconstitución de una nueva zona europea que incluiría a Austria, a los Países Bajos y probablemente a Finlandia, Polonia y Eslovaquia, mientras el resto de la Eurozona se enfrentaría a un importante estancamiento con deflación”.

 Añade, además, que las guerras de divisas que se iniciarían entre los países europeos suprimirían el comercio internacional afectando así incluso a los Estados Unidos, que se hundiría en una nueva Gran Recesión.

En consecuencia, Varoufakis cree que el coste de abandonar el euro todavía supera con creces el coste de luchar por transformarlo. Desde su punto de vista, los líderes de la Eurozona están actuando como capitanes de barco que llevan sus embarcaciones a toda velocidad hacia las rocas, y que lo que hay que hacer es hacerse con el timón y cambiar el rumbo, pues todavía cree que estamos a tiempo.

 El economista griego señala que el plan de Mosler y Pilkington sólo debería llevarse a cabo como último recurso, cuando no quedase otro remedio, pues “aunque funcionaría como un bote salvavidas, ese bote debería enfrentarse a un océano helado en el que perecerían muchos”.

La forma de salvar al sistema euro que contempla Varoufakis viene recogida aquí, y consiste básicamente en lo siguiente: traspaso a Europa de parte de las deudas públicas nacionales de los países en apuros; creación de Eurobonos por parte del Banco Central Europeo para socializar la deuda pública y crear un nuevo mercado financiero con abundante liquidez; aplicar políticas públicas de inversión a nivel europeo; y reciclar los superávits comerciales en inversiones productivas, sociales y ecológicas."         (Eduardo Garzón, Saque de Esquina , Economía crítica y crítica de la economía, 30/09/2015)


Más información:

  Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción, sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. 
 
El objetivo se conseguiría rápidamente. Los únicos perjudicados, los especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: Europa, 2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467  )


Los artículos de Juan José R. Calaza (Juan José Santamaría y Juan Güell) muestran con gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica para salir de la crisis:
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:

Más información en: 'Si Grecia, España, o Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar créditos a familias y empresas':    http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html

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