"(...) Como dijo Montoro, en la cita ya apuntada, a primeros de
junio, cuando la prima de riesgo del bono público español a diez años
(diferencia con lo que pagaba Alemania) era de 508 puntos,“España no es
técnicamente rescatable”.
La clave que daba el ministro era muy
relevante: no se podía rescatar “técnicamente” a la cuarta economía de
la eurozona. Los fondos a inyectar eran formidables. Guindos dice en su
conversación con Botín que hablaríamos de medio billón de euros.
Unos días más tarde, el fin de semana del 9 y 10 de junio, España
solicitó, sin quererlo, al Eurogrupo un crédito de 100.000 millones de
euros con un memorándum de condiciones.
Pero la historia no acaba con este rescate a medida. Las primas de
riesgo siguieron subiendo. El 24 de julio, la del bono público español
ascendía a 637 puntos, por encima de la italiana, situada en 513 puntos.
El bono público español a diez años pagaba 7,64% y el italiano 6,34%.
Esto ponía de relieve que estaba amenazado el euro como tal.
Draghi venía a decirlo de este modo: el mecanismo de transmisión de la
política monetaria del BCE está dañado, no funciona.
Draghi, a la vista de que los mercados cuestionaban la existencia misma
del euro como moneda única, anuncia el 26 de julio que haría todo lo que
fuese necesario para defender su existencia. A finales de agosto, el
BCE precisa que intervendría en los mercados secundarios comprando bonos
públicos. Y a primeros de septiembre se aprueba el mecanismo OMT. El
BCE compraría bonos públicos del país con problemas en los mercados
secundarios a cambio de un programa o de ajuste.
Y ahora voy a aportar información relevante.
Mientras dentro del gobierno se espera la decisión de Rajoy, Montoro
convoca, a mediados de diciembre de 2012, un encuentro con
corresponsales extranjeros en la madrileña calle de María Molina, 50,
sede de oficinas de la presidencia del Gobierno. Explica el ministro que
no hay decisión sobre el rescate, vía OMT, que es una decisión de
Rajoy, y que nadie está en condiciones de descifrar la mente del
presidente del gobierno.
Pero agrega este dato: Alemania le ha transmitido al gobierno que
no debe pedirlo porque el sistema OMT es simbólico, que se trata de
desactivar la especulación en los mercados, y que es necesario aguantar
tres o cuatro meses para ver la evolución.
¿Que evidencias puedo aportar para sostener esta información?
El testimonio de uno de los periodistas que acudió al encuentro con el ministro a mediados de diciembre de 2012.
David Román, uno de los corresponsales presentes, escribe su crónica para la edición digital de The Wall Street Journal.
Sin citar por su nombre a Montoro –habla de un alto cargo del
gobierno-, apunta que el gobierno ha consultado con Alemania la
posibilidad de solicitar la aplicación de las compras OMT y que el
gobierno de Merkel ha dicho que no lo haga.
Explica que Rajoy es quien
tomará la decisión y que Montoro no oculta su posición favorable al
rescate, ya que no se puede aguantar las todavía elevadas primas de
riesgo. Román había interpretado que se podía publicar lo que decía el
ministro sin citarle por su nombre.
David Román, que desde hace varios meses trabaja para la agencia
Bloomberg, en Singapur, me recuerda en una conversación telefónica que
Rajoy intenta rentabilizar el no haber hecho nada en aquellos días, el
haber quedado a la espera de lo que dijera Alemania.
"Montoro no nos ocultó que él como ministro de Hacienda creía
necesario el rescate pero que no se podía pedir porque Alemania les
había dicho que no lo solicitasen”, me vuelve a asegurar desde Singapur
ya que inmediatamente después de dicho encuentro, en diciembre de 2012,
había compartido conmigo, impresionado, la información.
Desde que Draghi lanzara el nuevo programa OMT, primero en agosto y
formalmente en septiembre de 2012, el rescate por así decir clásico aplicado a Grecia, Irlanda y Portugal ya era historia.
Un rescate clásico
de España por otra parte suponía también rescatar a la tercera economía
de la Eurozona, a Italia. Porque lo que estaba en riesgo ya no era ni
España ni Italia, sino el euro, Draghi contó con el apoyo de Angela
Merkel, pese a las objeciones del presidente del Bundesbank, el halcón Jens Weidmann.
El sistema del euro no tenía capacidad para inyectar varios
centenares de miles de millones de euros en España. Por tanto, ahora el
"rescate" era pedir la aplicación del OMT. A día de hoy este programa,
que yo sepa, nunca se ha usado. Era un cañon Bertha para exhibir y
desactivar la especulación en los mercados.
“Montoro nos dio tres mensajes: que Rajoy se lo estaba pensando, que
Alemania era contraria a pedir el rescate vía OMT condicionada a un
programa, y que no se podría aguantar mucho más tiempo”, recuerda Román.
Finalmente, las primas de riesgo flexionaron.
El ministro de Hacienda lo explicó así en una entrevista mucho más
tarde: "Fue Mariano, personalmente, sí, sí, él solito, con su
particular estilo, su forma de ser, al que debe que España no esté
intervenida... Jejejejeje... ¡Porque no lo estamos! Todo dios le decía
que no había más remedio. Y él, oye, buscando resquicios para no llegar a
ese trance. Ahora estamos saliendo. Sí, sí sí. Estamos saliendo".
Jose Luis Rodríguez Zapatero explica en su libro El Dilema que evitó el rescate; ahora, Luis de Guindos, se pone la medalla a sí mismo y a Rajoy.
Zapatero cita como ejemplo que el entonces director gerente del
Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn le sugirió que
pidiera ayuda al FMI. Y mira por dónde, Guindos también se refiere a la
posibilidad de un rescate light del FMI.
"Nos planteamos entonces una fórmula nueva con el FMI, que no se
llegó a aplicar y que en los niveles técnicos fue bautizada como
Programa de Asistencia para el Acceso al Mercado...El acuerdo con el FMI
se interpretaría quizá como un rescate light, aunque lo podíamos
plantear como un apoyo o asistencia técnica que completaría la labor
reformadora del Gobierno" (Página 133).
Pero omiten lo que realmente pasó. Que después de los "rescates
completos" de Grecia, Irlanda y Portugal, los mercados financieros
fueron a por sus nuevas víctimas: España e Italia, amenazando también,
en cierto momento, a Francia. El euro parecía estallar por los aires.
Y fue por ello, para salvar al euro, que el BCE, con el apoyo de Merkel, cambió su política." (Ernesto Ekaizer, El País, 10/09/16)
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