25.10.16

Rajoy intenta rentabilizar el no haber hecho nada en aquellos días del rescate... pero lo que sucedió es que quedó a la espera de lo que dijera Alemania, de las órdenes de Merkel

"(...) Como dijo Montoro, en la cita ya apuntada, a primeros de junio, cuando la prima de riesgo del bono público español a diez años (diferencia con lo que pagaba Alemania) era de 508 puntos,“España no es técnicamente rescatable”. 

La clave que daba el ministro era muy relevante: no se podía rescatar “técnicamente” a la cuarta economía de la eurozona. Los fondos a inyectar eran formidables. Guindos dice en su conversación con Botín que hablaríamos de medio billón de euros.

  Unos días más tarde, el fin de semana del 9 y 10 de junio, España solicitó, sin quererlo, al Eurogrupo un crédito de 100.000 millones de euros con un memorándum de condiciones.

   Pero la historia no acaba con este rescate a medida. Las primas de riesgo siguieron subiendo. El 24 de julio, la del bono público español ascendía a 637 puntos, por encima de la italiana, situada en 513 puntos. El bono público español a diez años pagaba 7,64% y el italiano 6,34%.

   Esto ponía de relieve que estaba amenazado el euro como tal. Draghi venía a decirlo de este modo: el mecanismo de transmisión de la política monetaria del BCE está dañado, no funciona.

 Draghi, a la vista de que los mercados cuestionaban la existencia misma del euro como moneda única, anuncia el 26 de julio que haría todo lo que fuese necesario para defender su existencia. A finales de agosto, el BCE precisa que intervendría en los mercados secundarios comprando bonos públicos. Y a primeros de septiembre se aprueba el mecanismo OMT. El BCE compraría bonos públicos del país con problemas en los mercados secundarios a cambio de un programa o de ajuste.

 Y ahora voy a aportar información relevante.

 Mientras dentro del gobierno se espera la decisión de Rajoy, Montoro convoca, a mediados de diciembre de 2012, un encuentro con corresponsales extranjeros en la madrileña calle de María Molina, 50, sede de oficinas de la presidencia del Gobierno. Explica el ministro que no hay decisión sobre el rescate, vía OMT, que es una decisión de Rajoy, y que nadie está en condiciones de descifrar la mente del presidente del gobierno. 

  Pero agrega este dato: Alemania le ha transmitido al gobierno que no debe pedirlo porque el sistema OMT es simbólico, que se trata de desactivar la especulación en los mercados, y que es necesario aguantar tres o cuatro meses para ver la evolución.

   ¿Que evidencias puedo aportar para sostener esta información?

  El testimonio de uno de los periodistas que acudió al encuentro con el ministro a mediados de diciembre de 2012.

  David Román, uno de los corresponsales presentes, escribe su crónica para la edición digital de The Wall Street Journal. Sin citar por su nombre a Montoro –habla de un alto cargo del gobierno-, apunta que el gobierno ha consultado con Alemania la posibilidad de solicitar la aplicación de las compras OMT y que el gobierno de Merkel ha dicho que no lo haga. 

Explica que Rajoy es quien tomará la decisión y que Montoro no oculta su posición favorable al rescate, ya que no se puede aguantar las todavía elevadas primas de riesgo. Román había interpretado que se podía publicar lo que decía el ministro sin citarle por su nombre.

  David Román, que desde hace varios meses trabaja para la agencia Bloomberg, en Singapur, me recuerda en una conversación telefónica que Rajoy intenta rentabilizar el no haber hecho nada en aquellos días, el haber quedado a la espera de lo que dijera Alemania.

  "Montoro no nos ocultó que él como ministro de Hacienda creía necesario el rescate pero que no se podía pedir porque Alemania les había dicho que no lo solicitasen”, me vuelve a asegurar desde Singapur ya que inmediatamente después de dicho encuentro, en diciembre de 2012, había compartido conmigo, impresionado, la información.

  Desde que Draghi lanzara el nuevo programa OMT, primero en  agosto y formalmente en septiembre de 2012, el rescate por así decir clásico aplicado a Grecia, Irlanda y Portugal ya era historia. 

Un rescate clásico de España por otra parte suponía también rescatar a la tercera economía de la Eurozona, a Italia. Porque lo que estaba en riesgo ya no era ni España ni Italia, sino el euro, Draghi contó con el apoyo de Angela Merkel, pese a las objeciones del presidente del Bundesbank, el halcón Jens Weidmann.

   El sistema del euro no tenía capacidad para inyectar varios centenares de miles de millones de euros en España. Por tanto, ahora el "rescate" era pedir la aplicación del OMT. A día de hoy este programa, que yo sepa, nunca se ha usado. Era un cañon Bertha para exhibir y desactivar la especulación en los mercados.  

“Montoro nos dio tres mensajes: que Rajoy se lo estaba pensando, que Alemania era contraria a pedir el rescate vía OMT condicionada a un programa, y que no se podría aguantar mucho más tiempo”, recuerda Román. Finalmente, las primas de riesgo flexionaron.

   El ministro de Hacienda lo explicó así en una entrevista mucho más tarde: "Fue Mariano, personalmente, sí, sí, él solito, con su particular estilo, su forma de ser, al que debe que España no esté intervenida... Jejejejeje... ¡Porque no lo estamos! Todo dios le decía que no había más remedio. Y él, oye, buscando resquicios para no llegar a ese trance. Ahora estamos saliendo. Sí, sí sí. Estamos saliendo".

    Jose Luis Rodríguez Zapatero explica en su libro El Dilema que evitó el rescate; ahora, Luis de Guindos, se pone la medalla a sí mismo y a Rajoy.

   Zapatero cita como ejemplo que el entonces director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn le sugirió que pidiera ayuda al FMI. Y mira por dónde, Guindos también se refiere a la posibilidad de un rescate light del FMI.

   "Nos plantea­mos entonces una fórmula nueva con el FMI, que no se llegó a aplicar y que en los niveles técnicos fue bautizada como Programa de Asistencia para el Acceso al Mercado...El acuerdo con el FMI se interpretaría quizá como un rescate light, aunque lo podíamos plantear como un apoyo o asistencia técnica que completaría la labor reformadora del Gobierno" (Página 133).

   Pero omiten lo que realmente pasó. Que después de los "rescates completos" de Grecia, Irlanda y Portugal, los mercados financieros fueron a por sus nuevas víctimas: España e Italia, amenazando también, en cierto momento, a Francia. El euro parecía estallar por los aires.

  Y fue por ello, para salvar al euro, que el BCE, con el apoyo de Merkel, cambió su política."            (Ernesto Ekaizer, El País, 10/09/16)

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