"(...) -Hay dos cuestiones que estructuran actualmente el paisaje político
francés. La globalización y las minorías. Es decir, los pobres de la banlieue (barrios
periféricos), los inmigrantes de origen magrebí. Pero también las
minorías LGBT.
Hay estas dos cuestiones estructurales y cuatro ofertas
políticas posibles. La oferta abierta con las minorías y proteccionista
respecto a la mundialización es la oferta altermundialista, de
Mélenchon. Benoît Hamon intenta quitarle este espacio. También está la
oferta abierta con las minorías y pro-mundialización, Macron.
Luego,
tienes la opción favorable a la mundialización, pero hostil con las
minorías: Fillon. Finalmente, está la oferta hostil con las minorías y
proteccionista: Le Pen. Esto es la cuatripolarización del paisaje
político francés.
-¿Por qué la globalización favorece esta fragmentación del sistema político francés?
-El
sociólogo británico Guy Standing ha desarrollado la noción de
precariado como clase social. El precariado es una clase social que se
encuentra en la incertidumbre permanente, no tiene acceso a un empleo
estable ni a una situación profesional estable.
El precariado en Francia
representa la mitad de la población. Esto se refleja en una división
entre los vencedores y los perdedores de la globalización. Estos últimos
dejan de votar o bien votan a Le Pen o dudan entre Mélenchon y Hamon.
Hay una voluntad muy fuerte entre los perdedores de la globalización de
sacudir el tablero político.
-Además de los efectos de la globalización, las distintas posiciones respecto a la UE dividen a los partidos.
-La
mayoría de los franceses están hartos de la Unión Europea bajo su forma
actual. La única cosa que permite que no haya una voluntad masiva de un
Frexit [salida del país de la UE] es que la mayoría de los
franceses están en contra de la UE, pero quieren seguir formando parte
de la construcción europea.
El 54% de los franceses votaron en
referéndum en contra de todos los tratados europeos. Porque la
Constitución europea de 2005 incluía todos los tratados: Maastricht,
Ámsterdam, Lisboa… Y los franceses dijeron no.
-Durante los
últimos años se ha repetido de forma recurrente la teoría de la
derechización, la idea de que la sociedad francesa se ha vuelto más
conservadora a causa de la parálisis económica y los atentados
yihadistas. ¿Es esto cierto?
-No creo que haya habido una
derechización de la sociedad francesa. Lo que ha sucedido es una
radicalización de los franceses en cada uno de los espacios políticos.
Los franceses de extrema derecha son cada vez más xenófobos.
Los
franceses de derechas son cada vez más conservadores respecto a los
temas sociales y favorables a la desregulación económica. Los franceses
centristas son cada vez más radicales en su entusiasmo respecto a
Macron.
Los electores del Partido Socialista están cada vez más
divididos entre los que son pro-mundialización y los altermundialistas.
No hay una derechización, pero sí una radicalización de cada bloque de
electores, cada uno en su pasillo.
-¿Esto significa que la mayoría de los electores no estarán satisfechos con el próximo presidente?
-El
futuro presidente francés tendrá a tres cuartas partes del electorado
en contra. A causa de la cuatripolarización del paisaje político
francés, tres cuartas partes de los votantes estarán descontentos del
presidente y su política. (...)" (Entrevista a Thomas Guénolé, Politólogo, CTXT, 21/03/17)
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