18.5.17

La democracia y los procesos de toma de decisiones están corrompidas. La competición por poseer derechos de propiedad privada con los que extraer rentas se impone sobre las leyes del libre mercado

"Guy Standing acuñó el término 'precariado' para referirse a todas las personas que viven en constante incertidumbre, ya sea por depender de empleos inestables o ayudas sociales insuficientes.(...)

En el libro afirma que vivimos en un sistema opuesto al libre mercado.

El neoliberalismo de los años 80 y 90 se ha transformado en el capitalismo rentista que tenemos hoy, basado en los derechos privados sobre la propiedad física, financiera o intelectual. Es un sistema corrompido, no solo porque haya individuos corruptos, sino porque se basa en una mentira. El capitalismo rentista no favorece el libre mercado. Todo lo contrario: es el sistema de menos libre mercado de la historia.

¿No son manzanas podridas, es el cesto entero?

La corrupción es intrínseca al sistema. La competición por poseer derechos de propiedad privada con los que extraer rentas se impone sobre las leyes del libre mercado.

¿Cómo afecta esta corrupción a las políticas públicas?

La democracia y los procesos de toma de decisiones están corrompidas. El símbolo es el fenómeno de las puertas giratorias. Un ministro de Finanzas puede no haber cobrado una comisión, pero está corrompido institucionalmente. De ahí que base más sus decisiones en su futuro profesional para poder acabar, por ejemplo, en Goldman Sachs.

Un liberal podría decir que el problema es que hay demasiada regulación.

La pregunta que se tendría que hacer a los liberales es por qué no se han opuesto al capitalismo rentista, que ya está institucionalizado. La retórica de la regulación es una mentira: sí hay regulación, se ha establecido pero a favor de las finanzas, los derechos de propiedad y para controlar a las organizaciones sociales.

Una de las claves que menciona en el libro es el colapso del sistema de redistribución de la riqueza del siglo XX.

El desarrollo del capitalismo rentista implica que el sistema de distribución de la riqueza vigente en el siglo XX se ha roto. Durante un largo periodo de tiempo hubo cierta estabilidad entre rentas del capital y rentas del trabajo. Desde el inicio de la era de la globalización y la agenda neoliberal todo ha saltado por los aires.

¿También se ha roto la solidaridad entre los trabajadores que han sufrido menos los efectos de la ola neoliberal y el nuevo precariado?

Entre las rentas del capital, las de los rentistas crecen. Y entre las rentas del trabajo, que se están reduciendo, ciertos asalariados han logrado mantener sus posiciones, mientras el precariado no dejaba de crecer. De ahí que el precariado se oponga a menudo a los sindicatos porque creen que no les representan y que solo trabajan para los asalariados tradicionales.

Otorga una responsabilidad especial de este desastre a la socialdemocracia europea, en particular a la Tercera Vía.

La Tercera Vía se verá con el tiempo como uno de los grandes errores históricos de la socialdemocracia europea. Fue un chollo para el mundo de las finanzas y el capital. La socialdemocracia aceptó la economía neoliberal, promovió privatizaciones y flexibilizó más el mercado de trabajo. Echó atrás sus propios logros, perdiendo así el respeto y el apoyo de un precariado cada vez más creciente.

¿La socialdemocracia puede recuperar la credibilidad entre el precariado?

No. El precariado mira a los socialdemócratas y les dice: '¡No nos representáis!'. No hay más que ver lo que ha pasado a los partidos socialdemócratas en Reino Unido, Francia, Holanda... Esto tiene un aspecto negativo: ahora tenemos un vacío de política progresista. Pero lo bueno es que la política odia el vacío, por lo que creo que hay un espacio para que florezca una verdadera política progresista.  (...)"              (Entrevista a Guy Standing, eldiario.es, 13/05/17)

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