22.6.17

Otra crisis financiera mundial cuya intensidad superará la que hemos conocido recientemente... anuncian. El colmo, vamos...

"(...) Convendría no olvidar que al final de 2016, después de 8 años de crisis, quiebras y reajustes financieros, la deuda entre las empresas, las instituciones financieras, las Administraciones Publicas y los Hogares ascendía a 7,8 billones de euros, a los que sumar otros 2,6 billones de pasivos con el exterior de esos agentes. 

En 2009, esas cifras eran respectivamente de 7,7 billones y 2,3 billones, dejando de manifiesto que la carga explosiva del endeudamiento sigue intacta, e incluso algo más peligrosa por el aumento de los pasivos con el exterior.

Pero más importante aún. Destacados y solventes analistas vienen anunciando la proximidad de otra crisis financiera mundial cuya intensidad, sostienen, superará la que hemos conocido recientemente.

 Las propias instituciones financieras internacionales deslizan sutilmente su preocupación por la situación existente. 

Como se sabe, la práctica de inyectar liquidez en cantidades desorbitadas por parte de la FED y el BCE ha sido el medio para detener la consecuencia incontroladas de la crisis.
La liquidez generada ha detenido su propagación pero al mismo tiempo ha multiplicado los riesgos de que sobrevengan convulsiones más graves.

 Si ello ocurre, por los múltiples factores de inestabilidad existentes, incluidos los políticos, no cabe pensar que el sistema financiero español quedará indemne, puesto que, como se ha resaltado, la economía española en términos de su endeudamiento global no se ha corregido, manteniendo todo el sistema una vulnerabilidad muy elevada.

Después de todo, se admite que la evolución entre los flujos financieros de la economía globalizada y los flujos de intercambios reales de bienes y servicios ha cobrado una desproporción disparatada e insostenible, cualesquiera que sean las comparaciones. Como la evolución del volumen de los activos y pasivos financieros mundiales no guarda relación alguna con el crecimiento del PIB real del mundo.

 La economía productiva opera dentro una burbuja financiera que tendrá que desaparecer antes de que el capitalismo pueda normalizarse y emprender otra fase. Se ha de destruir mucho capital ficticio y especulativo para sanear economías, pero eso no acaecerá sin grandes traumas, tensiones y conflictos.

El caso del banco Popular nos pone un ejemplo perfecto de lo que tendrá que ocurrir: de la noche a la mañana todos los poseedores de acciones y bonos del banco han perdido todo su capital. Generalizar los problemas y angustias que sufren los afectados por la crisis del Popular nos puede servir de imagen de lo que está por suceder a otra escala."                (Pedro Montes, economista, Socialismo21, 11/06/17)

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