"(...) el presidente de EEUU deshace la política tradicional de EEUU
respecto a Palestina: anuncia el reconocimiento de Jerusalén ocupado
como capital de Israel y ordena el traslado de la Embajada de su país a
esta ciudad. Trump así, en un acto suicida, despoja a los palestinos de
todos sus derechos para dárselos a Israel.
Durante 70 años, EEUU ha permitido a Israel robar las tierras palestinas (incluso cuando pretendía ocultarlo firmando la Resolución 2334)
y hacer una limpieza étnica. Esta decisión de Trump representa una
nueva fase en la agresión al pueblo palestino. Ni Bill Clinton ni George
W. Bush, que también prometieron mudar la Embajada a Jerusalén, se
atrevieron a hacerlo. (...)
Entonces, ¿qué ganaría Donald Trump con una medida que aísla a EEUU,
perjudica sus intereses en Oriente Próximo y amenaza su seguridad?
El anuncio ha sido un balón de oxígeno para Netanyahu,
que tuvo que soportar la protesta de decenas de miles de israelíes el
pasado 2 de diciembre pidiendo la dimisión de su gabinete por
corrupción. (...)
Los posibles objetivos de Trump:
1. Conseguir el apoyo del Congreso (apodado “otro territorio ocupado por Israel”) ahora que el caso de Rusiagate
le apunta directamente: se baraja la posibilidad de que el exasesor de
seguridad nacional, el general Michael Flynn, testifique contra el
presidente.
2. Exhibir el poder de su yerno judío Jared Kushner, acorralado por
la justicia de EEUU por ordenar a Flynn conseguir el apoyo ruso para
anular una votación en el Consejo de Seguridad, que iba a condenar los
asentamientos ilegales israelíes en Cisjordania. Es además una muestra
el aumento de la influencia del vicepresidente Mike Pence (un sionista
cristiano) en la Casa Blanca. Pence ha sido el portavoz de los
partidarios de reubicación de la embajada en Jerusalén.
3. Contentar al lobby proisrailí de EEUU, que le criticaba por su
trato poco entusiasta hacía Israel e incumplir su promesa electoral al
respecto. El magnate de los casinos de Las Vegas, Sheldon Adelson,
vinculado con el partido Likud israelí, que había donado 35 millones de
dólares a la campaña electoral de Trump, le acosaba con la pregunta de
¿Cuándo el traslado de la embajada? El giro en la política exterior de Trump
ha sido tal que hasta su hija se ha convertido al judaísmo. AIPAC no
sólo ha conseguido colocar a Irán como “el principal enemigo de EEUU por
encima del terrorismo” en la agenda de Trump, sino que también ha
logrado cambiar la postura de “neutralidad” de Trump en el conflicto
palestino-israelí. Retiró su cooperación con la Unesco por criticar la anexión de Jerusalén Oriental a Israel.
4. Desencadenar más conflictos étnico-religiosos en la región en el
cumplimiento del Proyecto del Nuevo Oriente Próximo, imposibilitando la
creación de un estado palestino, y de paso, ampliar el negocio de la
militarización de la zona.
5. Forzar a la Autoridad Palestina a aceptar la llamada “Iniciativa
de Paz” de Jared Kushner que propone olvidarse del “estado palestino” y
del regreso de los refugiados, conseguir una autonomía con la soberanía
de Israel sobre las fronteras y el espacio aéreo de Cisjordanía, a
cambio de recibir un generoso paquete de ayuda financiera destinada a la
burguesía palestina.
6. Con su popularidad por los suelos, Trump intenta recuperar el
apoyo de millones de votantes de derecha y sobre todo de los
evangelistas que le llevaron a la Casa Blanca. Durante su visita a Israel,
y desde decenas de vallas publicitarias en su recorrido, los
evangelistas le recordaban lo decisivos que fueron sus votos y que
esperaban que cumpliese con su promesa sobre el estatus de la ciudad en
disputa.
Y las posibles consecuencias de la temeraria decisión
7. Implica que EE. UU. ya no considera la presencia israelí en
Jerusalén Oriental una ocupación, ni ilegales los asentamientos judíos
construidos después de la Guerra de 1967, que infringen el Convenio de
Ginebra que establece que una potencia ocupante no tiene soberanía en el
territorio que ocupa. Así, EEUU rompe con su compromiso formal de
cumplir con el derecho internacional.
8. Provocar fisura en la Casa Blanca: Los secretarios de Estado y de
Defensa, Rex Tillerson (con rumores sobre su próximo cese) y Jim Mattis
se han opuesto a la medida de Trump.
9. Acabar con décadas de consenso internacional sobre el estado de la
ciudad. Hasta la Unión Europea, el principal aliado de Washington, ha
dejado solo a Trump en esta peligrosa aventura.
10. Afecta a Jordania y Arabia Saudí, y no estar preocupados por el
destino de los palestinos desahuciados, sino porque actúan como
guardianes de los templos musulmanes de la Ciudad Vieja.
11. Perjudica a los intereses y el poder del Vaticano; de allí la oposición del Papa Francisco.
12. Divide a la comunidad judía estadounidense: unos, porque creen
que no era el momento ya que el resto del mundo se opone a este asalto
de Israel a toda la ciudad, ni representa una prioridad para los judíos,
y otros como el grupo J Street que defienden el derecho de palestino a
su estado, que así pierde lo que iba a ser su capital.
13. Una mayor agresividad por parte de Israel en expulsar a los palestinos.
14. Provocará la intifada de una gente que no sólo hoy no tiene nada
que perder, sino que ve cómo secuestran su esperanza de un futuro
diferente. Situación que además propiciará el protagonismo de organizaciones como Hamas.
15. Pone en peligro los intereses de EEUU en todo Oriente próximo, y ¡no por Al Qaeda o el Estado Islámico! Jerusalén no es sólo una cuestión palestina, sino también islámica.
16. Podrá afectar a la seguridad del propio Israel, preocupación que han mostrado el comentarista militar israelí Roni Daniel.
Esta hazaña de Trump está condenada al fracaso. La cuestión es el número de víctimas que dejará en su paso." (Nazanín Armanian , Público, 07/12/17)
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