15.2.18

Profesor universitario desde 300 euros. Uno de cada cuatro docentes de la Universidad es asociado... un 'profesor pobre'

"Yolanda Lifante, a punto de cumplir 50, es profesora asociada universitaria. Estudió arquitectura y cuenta con una tesis doctoral. Versa sobre creatividad pedagógica en ingeniería. Es un tema inédito, por el que la Universidad de Barcelona le ha planteado que coordine un máster y que le ha permitido acudir a numerosos congresos de ponente. 

Pese a su amplio currículo y sus 14 años impartiendo seis clases semanales de dibujo técnico en la Universidad de Valencia (UV), gana 549 euros netos al mes. Y no tiene plaza fija. Es más, si se presentara a un proceso de selección no tendría muchas posibilidades. Los de su categoría, los asociados, tienen complicado figurar en las investigaciones, que dan muchos puntos. Sobre todo si, como es su caso, la docencia le ha absorbido todo su tiempo.

 "La acreditación [llevan 10 años denegándosela] se vuelve un imposible sin artículos publicados y sin investigación. Es la pescadilla que se muerde la cola", lamenta. Así que complementa su sueldo con clases particulares y, en los momentos más difíciles de la crisis, limpió casas para llegar a fin de mes. 

Sus compañeros de la UV -unos 1.300 asociados, el 30% de la plantilla- llevan desde el 29 de enero en huelga indefinida, casi dos semanas. Ella acaba de volver al aula: "Necesito el sueldo para mantener a mis hijos".

Los asociados - 22.871 profesores en España, el 23,6% de la plantilla en el curso 2016-17 y en incremento desde que empezó la crisis- son el último eslabón de la cadena de precariedad de las Universidad pública española, en la que hay "profesores pobres", según la definición del presidente de los rectores, Roberto Fernández.

 Las universidades han perdido un 27,7% de la inversión pública durante la crisis hasta 5.789 millones y durante cinco años tuvieron prohibido sustituir a todos profesores que se jubilaban. Los asociados, legalizados desde 1983 como profesionales de reconocido prestigio a los que fichar de forma temporal para contar con su experiencia, se han convertido en muchos casos en mano de obra barata para cubrir vacantes durante años y años.  (...)

En octubre comparecieron en Bruselas varios asociados de la UV. Los parlamentarios consideraron que "existen motivos para determinar que hay una discriminación" y recriminaron que las prórrogas de contratos -renuevan por cuatrimestres, cada año o cada tres- "no se pueden usar para cubrir necesidades estructurales y permanentes".

 En algunas universidades, como en la UV, los afectados están en pie de guerra y en otras, donde ya hubo manifestaciones cuando empezaron los recortes, se lo están planteando.

"Cuando vi la nómina por primera vez me sorprendí pero siempre está la promesa de hacer la tesis y ves que puede ser un lugar de futuro. Y te quedas, inviertes, investigas, van pasando los años, terminas la tesis y te das cuenta que ese puesto de trabajo, transcurridos los años, aún no ha llegado". Inés García López, de 41 años, filóloga, lleva 11 de asociada en la Universidad de Barcelona (UB). No tiene un trabajo fijo fuera.

 "Me di cuenta de que hay muchas personas como yo, con trabajo fuera pero que acaban dependiendo del número de asignaturas que dan en la universidad". Da dos asignaturas y cobra 380 euros al mes. En los últimos tiempos, al margen de su puesto de asociada universitaria, ha hecho una sustitución en una escuela oficial durante unos meses y da clases de alemán en un colegio.  (...)"               (Pilar Álvarez, Cristina Vázquez, El País, 12/02/18)

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