"(...) Con una economía que no crece y una inflación aún no dominada, el
gobierno decidió a partir de mayo imponer un gravamen a la renta
financiera de los capitales extranjeros. Esa fue la luz roja y las
alarmas se dispararon cuando la tasa de interés en Estados Unidos subió a
fines de abril.
En ese momento las monedas de países emergentes
decidieron acompañar esa suba del dólar, menos Argentina que de la mano
de Sturzenegger decidió clavar el dólar por indicación expresa de Macri
para evitar un crecimiento de la inflación que impactara en los
productos de la canasta básica de alimentos.
“Eso retrasó el valor del
dólar en Argentina y quedamos mal parados frente al resto de la región y
otras economías emergentes”, señalaron economistas como José Luis
Espert y Juan Carlos de Pablo, que suelen estar en sintonía con el
gobierno.
Secuelas de la desregulación
Sin embargo,
para otros analistas (véase entrevistas con Matías Kulfas, Arnaldo Bocco
y Mercedes Marcó del Pont) la situación se remonta a los comienzos del
ciclo macrista, cuando la Casa Rosada decidió desregular la economía,
eliminando impuestos a las mineras, la producción rural, el sector
financiero y abrir la economía de par en par a las importaciones. “La
desregulación económica le quitó herramientas al Estado para operar
sobre este tipo de contingencias financieras”, aseguró Arnaldo Bocco a
Brecha.
El mediodía del pasado martes Mauricio Macri anunció la
reanudación de relaciones económicas con el Fmi a través de una cadena
de préstamos disponibles a la brevedad. “Nuestra economía depende de los
flujos externos y esas son variables que no dominamos”, dijo y
reconoció que la creciente valorización del dólar, las subas en el
precio internacional del petróleo y una trasmisión de ganancias de
países emergentes hacia países centrales industrializados han generado
cambios en la economía mundial.
“Con eso no podemos hacer nada”,
concluyó en su discurso. La eliminación de regulaciones a la economía
con la idea de generar una lluvia de inversiones extranjeras de grandes
firmas fue anunciada por Macri ya en la reunión del Foro Económico
Mundial de Davos en enero de 2016, cuando participó como presidente.
Desde entonces decretos y leyes acompañadas por buena parte de la
oposición, fueron eliminando regulaciones para los actores económicos
más importantes, como los productores rurales y el sector financiero y
bancario. No así para las industrias locales y extranjeras que ya en
marzo de 2016 advirtieron sobre los riesgos de una apertura
indiscriminada de la economía nacional.
Para Macri la fragilidad argentina depende de las variables económicas
de los mercados, por eso se hace necesario recurrir al Fmi. (...)
La idea es alejar cualquier recuerdo de aquellas relaciones con el Fmi,
encabezado por Michel Camdessus en tiempos menemistas, que resultaron en
el estallido social argentino de 2001. (...)
Argentina ingresó como socio del Fmi en 1956, durante el gobierno de la
llamada Revolución Libertadora que derrocó a Juan Domingo Perón un año
antes. Desde entonces la relación siempre fue tensa y con derrotas para
la economía del país. (...)
Las dictaduras de Juan Onganía y Jorge Videla aceptaron a rajatabla sus
recetas, los presidentes radicales Arturo Illia y Raúl Alfonsín
ensayaron gestos infructuosos de rebeldía y el peronismo de 1973
cuestionó la permanencia del país en la institución. Los peronistas
Carlos Menen y Eduardo Duhalde firmaron acuerdos de refinanciación de
deuda y sólo Néstor Kirchner pagó toda la deuda con el Fmi, en 2006,
para evitar condicionamientos económicos durante su gobierno. Ahora
Macri retoma la senda del endeudamiento y el consiguiente ajuste con una
previsible agudización del conflicto social." (Fabián Kovacic, Sin Permiso, 13/05/18)
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